viernes, 4 de junio de 2010

Poesía, el proceso.

Poesía es un alma pura, que camina por todos lados al mismo tiempo sin parar.
Poesía está en la guerra, está en los velorios, está en los hospitales, está en los parques, está al lado tuyo.
Poesía está. Es el ser que existe.
Poesía no se esconde, ni usa disfraces. Está a la vista de todos, simple su presencia. Aunque no todos puedan verla, no es impedimento ser ciego. Poesía se deja ver, y está siempre a la espera de ser reconocida.
Entonces, cuando la mirada del poeta se fija en ella, comienza el proceso. En el inicio de aquel encuentro; la percepción. Menos de un segundo, cuando ella se da cuenta que es observada, corre con entusiasmo hacia el ser que la mira venir con alegría. Y antes de que pueda frenarla para evitar el choque, ella lo abraza y se le mente en el cuerpo. Fluye en la sangre, como pececitos en la corriente. Su interior se revoluciona, y todo queda acumulado en una linda sensación. Ella se le cuelga al espíritu y le susurra palabras al oído, le indica cosas con la mano y le hace cosquillas detrás de la nuca.
Los sentidos se agudizan y aquel se hace grande. Y sufre. Sufre el crecimiento y toda la transformación. Porque lo que está adentro comienza a vivir y pide nacer. Y se torna insoportable mantenerlo ahí egoístamente. Luego, todo discurre hacia las manos, los dedos, brota esa magia de los poros, y se convierte en letras, palabras, frases. Códigos. Imágenes. Intenciones.
Un papel con ojos, como la teoria infantil en la que creimos firmemente, que todo aquello que tuviera ojos, vive. Eso es lo que hay.
En última instancia, el que recibe eso, lo identifica, capta la mirada. El papel, el texto, lo miran mientras él lo está leyendo. Ve la vida, y puede verse reflejado ahí. Ahí se termina, en la transmisión.
Él es el poeta, y ella estuvo de visita en él.


… Y lo que se deja ver, no es más que la concepción de la química que hubo entre los dos.

Eso podría decir, y es lo que iba a decir. Un montón de palabras lindas, y la sensación.
Me gusta, lo releí, y no me la creo ni yo. Soy una hipócrita. No sé lo que es poesía.
No leo poesía. Bah, ¿qué es poesía?
¿Esos versos cortitos, que quedan lindos en el centro de la hoja?
Mi hermana me empalagó de poesía en la adolescencia. El amor, la poesía y el “puedo escribir los versos más tristes esta noche…” Y hay gente que lo puede recitar entero. ¿O eso es poema? ¿Poema es una poesía chiquita? Entonces poesía es ¿un poema grande?
De verdad, no sé.
Pero me la puedo jugar y arriesgar con algo; Poesía es el idioma del alma, aquello que ya no cabe en el cuerpo.

Julieta

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